Mis discos favoritos de 2017

2017 ha sido un gran año para la música. No he parado de escuchar lanzamientos que se hicieron este año, y creo que jamás tendría el tiempo de escucharlos todos. Es increíble vivir en una época donde las posibilidades para crear y publicar son más diversas y accesibles que nunca. Listar mis álbumes favoritos no es sólo algo que disfruto mucho hacer para recordar las experiencias auditivas que viví durante el año, sino también una gran forma de recomendar y descubrir (al leer las listas de otras personas) lo mejor que este cosmos de sonidos tiene que ofrecer.

Particularmente, yo disfruto de los discos que me retan o me proveen de experiencias nuevas. Estoy contento de que hoy en día existen muchos artistas que no se conforman con la norma y buscan la manera de entregarnos experiencias ya sea totalmente innovadoras o íntimamente personales. Sonará descabellado para algunos, pero creo que este es de los mejores momentos para escuchar música. Tenemos acceso a una cantidad prácticamente ilimitada de nuevos lanzamientos, así como al gran catálogo de quienes ya hicieron historia. Es muy temprano para decidirlo, pero estoy seguro que muchos han dejado algo que está cambiando las reglas y seguiremos escuchando décadas más tarde.

A pesar de que sólo escribiré sobre mis diez lanzamientos favoritos, aquí abajo dejaré la lista de todos los discos que disfruté enormemente y merece la pena escuchar.

Electrónica

  • Mouth Moods – Neil Cicierega
  • American Dream – LCD Soundsystem
  • The New Monday – Shigeto
  • Dust – Laurel Halo
  • Neo Wax Bloom – Iglooghost
  • Rainbow Mirror – Prurient
  • Async – Ryuji Sakamoto

Metal

  • Nightmare Logic – Power Trip
  • Extremely Fucking Dead – Extremity
  • Mirror Reaper – Bell Witch
  • Trumpeting Ecstasy – Full Of Hell
  • Renaissance In Extremis – Akercocke
  • Kwintessens – Dodecahedron
  • The Dusk In Us – Converge
  • Dead As Truth – Atriarch
  • Infrared Horizon – Artificial Brain
  • Anomie – Violet Cold
  • Hiss Spun – Chelsea Wolfe
  • Blood Offerings – Necrot
  • Holókauston – Bestia Arcana
  • Through The Mirror – Endon
  • Heartless – Pallbearer
  • Ascending a Mountain of Heavy Light – The Body & Full of Hell
  • Eschaton Mémoire – Chaos Moon
  • phSPHR Entropy – DSKNT
  • Untitled – Skáphe
  • Trance of Death – Venenum
  • Go Be Forgotten – Krallice
  • Exuvia – The Ruins of Beverast

Hip Hop / R & B

  • DAMN – Kendrick Lamar
  • Run The Jewels 3 – Run The Jewels
  • Process – Sampha
  • Brick Body Kids Still Daydream – Open Mike Eagle
  • Saturation I – Brockhampton
  • Saturation III – Brockhampton
  • Known Unknowns – Billy Woods
  • Black Cab – Higher Brothers
  • 1992 Deluxe – Princess Nokia
  • Take Me Apart – Kelela
  • Big Fish Theory – Vince Staples

Rock / Pop

  • Orc – The Oh Sees
  • The Ooz – King Krule
  • To The Bone – Steven Wilson
  • Goths – The Mountain Goats
  • This Old Dog – Mac Demarco
  • The Demonstration – Drab Majesty
  • Forced Witness – Alex Cameron

Otros

  • La Saboteuse – Yazz Ahmed
  • A Crow Looked At Me – Mount Eerie
    • Mención honorífica por ser el disco más triste que he escuchado. Me bastó oírlo una vez.
  • Ex Eye – Ex Eye
  • Soundtrack de Twin Peaks The Return – Angelo Badalamenti
  • Uyai – Ibibio Sound Machine
  • Soundtrack de Cuphead – Kristofer Maddigan
  • Arca – Arca
  • Unfold – The Necks

Y ahora, mis diez disco preferidos del año:

 

10. Shuffle Drones – Eluvium

Shuffle Drones - Eluvium

Cada uno de nosotros escucha música de distintas maneras. Evidentemente yo me inclino la mayor parte de las veces a escuchar álbumes completos, ya que considero que son una secuencia de ideas conectadas deliberadamente por los artistas. Otros optan por escuchar una lista de canciones que representan alguna emoción, o bien, confiar en la curaduría de alguien más para alegrar sus tardes. Sea cual sea nuestro estilo preferido, rara vez nos aventuramos a intentar otros que podrían resultar igualmente satisfactorios.

Con Shuffle Drones, Eluvium nos invita a probar algo distinto. Si leemos los nombres de las canciones del disco, estas dicen lo siguiente:

Sencillamente, la forma sugerida de escuchar esta obra es aislar la colección y aleatorizar la reproducción en repetición infinita, creando una orquestación de sonidos mezclados. La intención es crear una obra especialmente diseñada y en irrupción de los hábitos de escucha modernos, sugiriendo algo pacífico, complejo, único y siempre cambiante. Gracias.

Simply put, the suggested manner of listening to this work is to isolate the collection and to randomize the play pattern on infinite repeat; thus creating a shuffling drone orchestration. The intent is to create a body of work specially designed for and in disruption of modern listening habits and to suggest something peaceful, complex, unique, and ever-changing. Thank you.

Al seguir las instrucciones, nos encontramos con un elegante ambiente sonoro que jamás termina. Cada una de las breves composiciones incluidas en el disco está diseñada para fluir sutilmente hacia cualquiera de las siguientes. No importa si lo escuchamos veinte minutos o 4 horas, “Shuffle Drones” siempre se muestra diferente. Si nos ponemos nerds, existen 1.12 x 10+21 permutaciones posibles para una sola reproducción del álbum. ¡Dudo mucho escuchar la misma versión que tú escucharás!

Afortunadamente, las piezas incluidas no sólo existen para poner a prueba este concepto, sino que también proveen una bellísima experiencia musical. Cálidos arreglos de cuerdas, melosos sintetizadores y sutiles acordes de piano se unen para crear una ambientación que nos mete dentro de un sueño. La primera vez que probé esta experiencia, me perdí en sus detalladas y suaves texturas, que continuaron fluyendo cual sangre en mi cuerpo por horas.

Esta es excelente música para la contemplación e introspección, porque lleva a un trance del que difícilmente se quiere salir. Las micropiezas que componen a este ente potencialmente infinito llegan a mini climaxes que producen emociones de admiración, melancolía y asombro. Creo que los sonidos aquí creados por Eluvium pueden llevar a cada persona a descubrir algo nuevo sobre ellos mismos o a detenerse a contemplar algo que habían despreciado antes.

“Shuffle Drones” es una preciosa creación que sin importar quien la escuche y cuando la escuche, sonará distinta y provocará una respuesta diferente en cada quien. Para mí esto es algo sumamente interesante y bonito. La posibilidad de que la música de Eluvium tenga una forma siempre cambiante pero a la vez una identidad muy marcada es una invitación a abrirnos a lo desconocido y dejarnos maravillar.

Canción Favorita: La primera permutación de tres horas que oí.

9. 4eva Is A Mighty Long Time – Big K.R.I.T.

4eva is a Mightly Long Time - Big K.R.I.T

Cuando comencé a interesarme en la música, el rap era un género que no me provocaba mucho interés. Consideraba que era repetitivo y sin mucha profundidad. Pero recuerdo muy bien cuando escuché por primera vez el mixtape “The Return of 4eva” de Big K.R.I.T (de nombre real Justin Scott). Era un conjunto de canciones lleno de ritmos potentes y letras divertidas por un lado, y de cortes llenos de emoción y contemplación por el otro.

El rapero continuó lanzando otros proyectos pero le perdí la pista. Logró firmar un contrato musical y conseguir más éxito en su carrera. Pero al haber cultivado su talento como escritor y productor, decidió dejar la disquera Def Jam para quitarle poder a las grandes corporaciones y transferírselo a su proceso creativo. El resultado de esta separación es “4Eva Is A Mighty Long Time”

Este lanzamiento es un doble álbum, el primero mostrándonos a Big K.R.I.T como un rapero lleno de fortaleza, un flow impecable y un sólido sentido del humor. Los cortes incluidos en esta primera mitad cuentan con beats llenos de potencia y ritmos brillantes que permiten a K.R.I.T demostrarnos hasta donde ha llegado. Sus canciones transmiten con confianza temas tradicionales del hip hop bajo su estilo muy particular.

En “Get Away”, el rapero habla de alejarse de las tonterías que no importan y nos invita a llenar nuestra vida de brillo con una energía francamente contagiosa. En su cuarta entrega de canciones dedicadas a su subwoofer, “Subenstein (My Sub IV)”, K.R.I.T hace una divertidísima analogía de su aparato de sonido como un monstruo Frankenstein que cobra vida y se apodera de su automóvil, volviendo muy tentador arrancar el carro y hacer lo mismo. Las cosas también se tranquilizan en canciones como “Layup”, donde Justin reflexiona sobre tiempos difíciles en su pasado y cómo ha llegado hasta donde se encuentra ahora.

El segundo disco nos muestra a Justin Scott directamente. Es un conjunto de canciones reflexivas, espirituales y conmovedoras en el cuál el rapero nos muestra sus sueños e inseguridades. La pieza instrumental “Justin Scott” abre el disco con un arreglo instrumental de acordes de piano danzantes, cuerdas luminosas y cantos tomados de los lugares más íntimos del soul. El sonido de esta pieza es la forma perfecta de describir las emociones que esperan al adentrarse al alma de Justin.

En “Mixed Messages” el rapero narra las contradicciones que lo acompañan en el día a día: tener una pareja (a la que muestra todos sus sentimientos en “Higher Calling”) pero sentirse tentado por otras mujeres o querer ser rico pero estar harto de la superficialidad y falsedad. En “Price of Fame”, Justin habla de la ansiedad y depresión que lo persiguieron en forma de paparazzis al volverse una celebridad, las cuales lo llevan a mostrarse vulnerable y deseoso de un mejor futuro en la emotiva y poderosa “Drinking Sessions”.

Las razones por las que Big K.R.I.T me introdujo al rap por primera vez y me ha capturado de nuevo con este gran proyecto son muchas, pero sin duda la más importante es que sus piezas están llenas de corazón. Sus canciones más personales siempre me han parecido genuinas y llenas de calidez, y debo decir, también las que hablan sobre su carro o su éxito monetario. Al presentársenos a la vez como Big K.R.I.T y Justin Scott; exitoso rapero y simple mortal; hombre orgulloso y bebedor deprimido, el artista se muestra como lo que es: un humano lleno de sueños y miedos como todos nosotros.

Canción Favorita: Get Away

8. The Assassination of Julius Ceasar – Ulver

The Assasination of Julius Ceasar - Ulver

Ulver es un camaleón sagaz que ya domina una paleta de colores diversa y sabe mimetizarse en distintos ámbitos. La banda comenzó como una agrupación de black metal, transmitiendo el frío y oscuridad de su originaria Noruega por medio de guitarras distorsionadas y rápidas percusiones. Pero a lo largo de su carrera, han jugado con una gran variedad de géneros: el ambient, art rock, trip hop, electrónica y música de cámara. Ahora, con “The Assasination of Julius Ceasar”, el grupo nos presenta su nueva metamorfosis: el synthpop.

Al escuchar este álbum, me imagino una fiesta organizada en un viejo palacio castigado por el paso de los años. El espacio está iluminado por una tenue y escasa luz de velas, al estilo de Barry Lyndon. Los asistentes, en vez de vestir como en épocas victorianas, ostentan elegantes atuendos con cortes precisos y minimalistas, dominados por una gama de negros, blancos y grises. Ahí se reproduce “The Assasination of Julius Ceasar”, que lleva a la audiencia a bailar sensualmente, oculta en la penumbra, en una reunión que es la extraña mezcla de un culto y un grupo de danza contemporánea.

La música de Ulver toma influencias de New Order y Depeche Mode para formar su propio sonido. Las canciones están dominadas por sintetizadores llenos de texturas, luminosas como la luna, que demuestran una gran versatilidad a lo largo de la duración del álbum. Acompañadas de un mesurado equipo de instrumentos tradicionales, el sonido del disco cobra coherencia y revela que Ulver se ha enfocado más que nunca en escribir canciones sólidas y memorables. Aunque los esfuerzos recientes del grupo son de gran interés, se mostraban holgados e imprecisos, entregados a la experimentación más que a la forma.

Esto queda totalmente claro cuando las exquisitas vocales de Kristoffer Rygg y los acompañantes coros femeninos coronan la cristalina mezcla de esta obra, ya que logran introducirse en el cerebro como un pegajoso chicle. El encanto de Ulver es que logran hacerlo de una forma sutil y seductora, acariciando los oídos para enamorar lenta pero efectivamente. Esto es un marcado contraste a gran parte de la música pop moderna, que intenta atraparnos en nuestros días más emocionalmente inestables, soltando todas sus cualidades de golpe en nuestra cara. Cuando el pop es la pareja de la secundaria que garantizaba una fea montaña rusa de sentimientos, “The Assasination of Julius Ceasar” es esa atractiva e irresistible persona que sabe cuando acercarse para volvernos locos. Escojan su veneno.

Describí la fiesta donde Ulver se presenta en parte como un culto ya que las letras son esotéricas y místicas, retratando mitos, sucesos históricos e imágenes religiosas. El tratamiento de estas temáticas es como el evocado por contemplar obras de arte antiguo y barroco en un gran museo, como la escultura mostrada en la portada, “El Rapto de Proserpina” de Bernini. Su contemplación produce un romanticismo hacia el pasado y despierta curiosidad sobre las vidas de los clérigos, artistas y emperadores del pasado.

Canciones como “So Falls The World” son un viaje en el tiempo que permite contemplar la grandeza del imperio romano, tanta que su caída parecía el fin del mundo. O “Transverberation”, que hace referencia al milagro del mismo nombre al presentar imágenes religiosas. Las últimas dos piezas transportan este misticismo a temas más modernos, evocando imágenes de Charles Manson y su culto, o de un solitario hombre teniendo sombrías reflexiones al volver a casa. Los temas tratados son un collage que lógicamente no tiene mucho en común, pero atados por la consistente aura musical tienen una cohesión más fuerte de lo aparente.

“The Assasination of Julius Ceasar” pareciera creado por veteranos del género, pero de alguna forma, Ulver reunió sus capacidades de escritura y composición en un género que apenas y han explorado. Es una pieza de pop con sus propias idiosincrasias que le permiten sobresalir sobre el resto, ofreciendo un conjunto de canciones misteriosas, suculentas y satisfactorias. Esperemos que alguien lleve a la realidad la fiesta que describí, o bien, algo aún más bizarro. Vaya que una subcultura de synth-pop gótico barroco sería peculiar y digna de un universo paralelo de ficción.

Canción Favorita: Transverberation

7. Saturation II – Brockhampton

Saturation II - Brockhampton

Cuando el hip hop comenzó a popularizarse y volverse un fenómeno musical, surgió un estilo de traer el género a nuestros oídos en el que en vez de presentarse como solistas, múltiples raperos se unían en un supergrupo. Clásicos como Wu-Tang Clan y N.W.A crearon algunos de los discos más memorables del hip hop gracias a esta premisa que les permitía dar una gran vida y versatilidad a cada una de las piezas presentadas, con cada rapero presentando su propio estilo pero creando una unión que es mayor a la suma de sus partes. Esta tendencia se ha vuelto muy escasa en el panorama musical actual, pero BROCKHAMPTON quieren hacernos cambiar de parecer.

Esta agrupación fue formada inicialmente por su líder, Kevin Abstract, y su amigo de la escuela Ameer Van bajo el nombre AliveSinceForever en 2012. En los siguientes años, el grupo comenzó a solidificarse, reclutando otros miembros en el foro de fans de Kanye West KanyeToThe.com y tomando su actual nombre. Una vez lanzado su proyecto introductorio “All-American Trash” el año pasado, la “boy band” se encontraba lista para demostrarle al mundo su talento. Contando con siete distintos raperos y seis miembros encargados de la producción y dirección artística, BROCKHAMPTON es una maquina imparable que crea hip hop de la máxima calidad.

El disco alterna entre canciones llenas de frecuencias bajas y poderosas, ritmos pegajosos y rimas potentes dignas de escucharse a todo volumen y piezas más suaves, con sonidos cálidos y temas más melosos. La diversidad musical del disco es la clásica del género, pero BROCKHAMPTON sabe sacarle jugo a cada estilo por medio de su talento de composición. Las canciones son muy memorables, contando con momentos que están garantizados a ser tarareados en la ducha o al ir al trabajo.

El sonido de esta agrupación es versátil, lleno de energía y estimulante. Al repartirse los versos de las canciones entre los diversos miembros, cada una cuenta con diferentes perspectivas sobre el mismo tema lírico y estilos de rapear sobre la pista musical provista en el fondo. Está Ameer, quien con su tono de voz grave y su estilo lleno de orgullo y fuerza parece derrotar a sus oponentes con el poder de sus versos. O bien, Merlyn, que trayendo una enunciación exótica de su natal Ghana da a sus rimas una presencia corpulenta y llena de carisma.

Esta versatilidad también se traduce a los temas de las canciones, donde cada miembro aporta sus propias rimas astutas y una historia profundamente personal. En JUNKY, BROCKHAMPTON nos presentan sus demonios internos, como el consumo y venta de drogas, el decepcionar a la familia por decidir tomar una carrera de rap o presumir la homosexualidad con orgullo después de haber sido rechazado. En CHICK la banda presenta los rechazos que normalmente reciben de los demás, y cada uno procede a defenderse por medio de sus excelentes y entretenidos versos.

Los beats y acompañamientos musicales de cada pista cuentan con un gran trabajo de producción que los hace sonar brillantes, llenos de presencia y textura. Está QUEER, que nos bombardea con unos ritmos de máxima potencia para luego pasar aliviar la tensión con un pegajoso coro femenino. O FIGHT, cuyo inicio parece el preámbulo de un enfrentamiento entre dos oponentes gracias a sus guitarras danzantes y sintetizadores expectantes, para luego lanzarse a una serie de percusiones y rapeos cual golpes en dicha pelea. Y en canciones como SUMMER el grupo explora su lado de “boy band”, con un piano melancólico, canto meloso y una guitarra que se derrite al hacer un memorable sólo.

2017 fue definitivamente un gran año para BROCKHAMPTON, ya que lanzaron la trilogía de álbumes SATURATION, de la cuál este es la segunda parte. Para cerrar esta reseña creo que sólo me queda invitarlos a zambullirse en los otros dos proyectos, que son de una calidad equivalente. El tercer volumen fue apenas lanzado hace unos días (15 de diciembre), por lo que no he tenido oportunidad de escucharlo a detalle. Lo que me queda claro es que este es un grupo sumamente talentoso, ya que lanzar un trió de discos tan sólidos en tan sólo un año no es poca cosa. Hubo una era dorada del hip hop, y quizás estemos presenciando la próxima.

Canción Favorita: CHICK

6. Relentless Mutation – Archspire

Relentless Mutation - Archspire

Cuando uno piensa en metal, una de las ideas que más seguido se vienen a la mente es velocidad. Al ser un género que disfruta de llevar todo a los extremos, la rapidez con la que se tocan los instrumentos se vuelve un gran espacio de experimentación que genera sonidos alocadamente distintos. Archspire ha creado su propio estilo utilizando esto como su pilar fundacional, explorando formas en las que la música puede ser extremadamente ágil y mutar constantemente.

Inmediatamente al comenzar la escucha, la banda nos bombardea con una cantidad de sonidos exagerada y ridícula. Los pasajes musicales cambian de un momento a otro, mostrándonos infinitas facetas de los instrumentos. La energía con la que entregan estas ideas a velocidades tan absurdas es vigorizante y debo decir, sumamente divertido. El sonido creado por Archspire es tan extravagante que difícilmente parece algo que humanos pudieran lograr. Esta exploración del extremo a niveles bombásticos resulta en un regocijo que difícilmente puedo explicar a menos de que me vean moviéndome como un loco al ritmo de los compases que cubren sólo unos cuantos microsegundos.

Es especialmente notoria la participación del vocalista, que logra enunciar sílabas como jamás había visto a otro ser humano hacerlo. El hecho de que Oli Peters pueda mantenerse al mismo ritmo que la música que acompaña le da al disco un vigor que otras bandas del género jamás podrían aspirar a transmitir. Sinceramente, no me dio tiempo de leer las letras del álbum, pero esta técnica de canto logra hacer lo mismo que comprimir un archivo en formato .ZIP: narrar una épica en un pequeñísimo espacio. Los invito a probar el karaoke oficial de Calamus Will Animate. No se arrepentirán.

“Relentless Mutation” nos muestra a una banda madura, que después de lanzar dos discos ha entendido lo que existe en el mundo del Death Metal técnico y ha decidido expandir sus horizontes. Los músicos de Archspire no sólo son talentosos al manejar sus instrumentos, sino también como compositores. La banda sabe hilar sus distintas ideas de formas coherentes, conscientes de cuando deben detenerse o cambiar de dirección. Destacan particularmente los momentos donde la banda desaparece y se permite a la guitarra juguetear y proveer un descanso melodioso y bien merecido.

Si Dios creó al mundo bajo un código que define lo que podemos hacer y no hacer, Archspire definitivamente está en camino a destruirlo. Para el momento que la banda mejore aún más sus habilidades y lance su nuevo album, el universo se colapsará gracias que romperán todas las leyes de la física en el proceso. Mientras tanto, sólo nos queda disfrutar esta demente joya musical, preguntándonos como diablos se puede ser tan rápido.

Por último, no puedo evitar nominar a “Relentless Mutation” como uno de los mejores discos para el quehacer. Lo terminas antes de darte cuenta y te diviertes como no tienes idea.

Canción Favorita: The Mimic Well

5. Flower Boy – Tyler The Creator

Flower Boy - Tyler, The Creator

Los medios de comunicación me desesperan por lo superfluos que son. Gracias a la existencia de las redes sociales y su capacidad de bombardearnos con contenido, muchos sitios han sabido explotar las debilidades de nuestra psicología para llevarnos a leer artículos en base un título ridículo que pica nuestra curiosidad y deseo de chisme. Cuando Tyler, The Creator lanzó “Flower Boy”, los medios perdieron la cabeza porque el rapero salió del closet, y fue el único hecho sobre el trabajo de este hombre que supieron difundir. Tristemente, muchas personas se quedaron solamente con esta inconsecuente noticia. La realidad es que Tyler tiene mucho más que decir en su nuevo álbum. Mucho más.

El estilo de este rapero siempre fue ser directo, oscuro y jamás pedir disculpas por lo que decía. Con este nuevo disco ninguna de esas cambia. Lo que hace la gran diferencia es que ahora la puerta a su corazón está abierta y tiene un enorme letrero que escrito de forma muy enfática dice: “Pase usted”. En este album Tyler explora su identidad, sus sentimientos amorosos, las ansiedades que lo acompañan en el día a día y su vida como un éxotico ser humano que no se deja entender.

En “Boredom” Tyler nos cuenta como el tedio lo consume cuando ya no sabe que hacer con su vida y termina por mirar al techo por horas. Esto se intensifica en “911 / Mr. Lonely” donde de una forma oscuramente divertida Tyler canta “Ni siquiera puedo mentir, me he sentido bien pinche sólo”. Y está la potente “November”, en la que recuerda con melancolía un tiempo pasado mientras se interroga a sí mismo sin piedad sobre sus inseguridades.

Aunque todo esto suena deprimente, el tratamiento que este carismático hombre le da a sus temas es todo lo contrario. Esta exhibición desvergonzada de su verdadera esencia contagia un optimismo y aceptación de sí mismo que es conmovedora. Además, el rapero no ha perdido su audacia. Sus versos siguen siendo provocadores, divertidos y respaldados por perspicaces rimas. Por un lado Tyler puede estarse preguntando si todas las posesiones materiales que la fama le trajo pueden traerle algo bueno, mientras que por el otro nos presume su estilo extravagante e invita a otros a probarlo:

Diganle a estos niños negros que pueden ser ellos mismos
Pintense el cabello de azul, mierda, yo también lo haré
Mira, yo huelo a Chanel
Nunca sostengo mi patineta con mis uñas de manicure
Le pongo aceite de coco a mi piel

Tell these black kids they could be who they are
Dye your hair blue, shit, I’ll do it too
Look, I smell like Chanel
I never mall grip with my manicured nails
I coconut oil the skin

Lo que ayuda a cementar la contradictoria personalidad de estos mensajes es el divertido y único sonido que Tyler eligió para acompañar a sus versos. La música de “Flower Boy” nos muestra el espíritu de un niño fascinado por los colores, los sonidos cómicos y las cosas extravagantes. Este álbum es uno lleno de carisma y distintas facetas que ruegan ser descubiertas, disfrutadas al máximo cuando decidimos explorarlas como pequeños ilusos con lupa en mano.

Inmediatamente queda claro lo bien que suena este proyecto. Las canciones cuentan con ritmos llenos de profundidad, teclados que se derriten en el oído como un helado auditivo, cuerdas emotivas usadas moderada pero efectivamente y cientos de pequeños detalles que enriquecen el sonido de este completísimo paquete. Y no olvidemos la grave y memorable voz de Tyler, que le da una consistencia más sólida y permite a esta mezcla cuajar perfectamente. La producción es brillante y meticulosa, recordándome mucho al sonido de “Blonde” de Frank Ocean, uno de mis discos preferidos del año pasado.

Las composiciones de “Flower Boy” relucen especialmente porque este álbum no se comporta como la mayoría en el mundo del hip hop. Las canciones de este disco se detienen por extensos momentos, dejando que la instrumentación se apodere de el estrellato y cuente su propia historia. “Garden Shed” inicia con mesuradas notas de guitarra y aisladas percusiones que hacen eco, para luego ser acompañadas por un bonito canto femenino. O bien, la completamente instrumental “Enjoy Right Now, Today” que parece compuesta por un niño, comunicando inocencia y alegría que afortunadamente son muy contagiosas.

Esta extravagante forma en la que Tyler, The Creator decidió expresarse es lo que hace de este disco una experiencia divertida y cautivadora. Pero más que eso, “Flower Boy” es un mensaje de parte de Tyler para el mundo, invitándonos a mandar a la fregada a quien diga que vestirse de colores es infantil, que fantasear con nuestro hobby favorito es muy raro o que cualquier cosa que se salga de la norma es estúpida. Tyler floreció a su máximo esplendor, y sin duda, está plantando las semillas en más de una persona para que, esperemos, el mundo se convierta en un precioso jardín.

Canción Favorita: November

4. Crouching Tiger Hidden Gabber Megamix – Death Grips

Crouching Tiger Hidden Gabber Megamix - Death Grips

Death Grips es una de mis bandas favoritas por el hecho de que siempre están a la vanguardia y les es imposible estar quietos. Cada una de sus creaciones es una sorpresa ya sea en su formato, lanzamiento súbito o estilo musical. En el caso de este megamix, las tres al mismo tiempo. Un día estaba viendo vídeos estúpidos en Youtube, cuando noté que Death Grips de la nada había subido nuevo material en anticipación de un nuevo álbum de estudio que será lanzado más adelante.

Crouching Tigger Hidden Gabber es un conjunto de canciones con 20 minutos de duración sin una clara separación entre las pistas, ninguna teniendo nombre. La discusión entre los fans se empezó a agitar. ¿Es el minuto 3:20 el inicio de otra canción? ¿Qué nombres les damos? ¡Qué importa! Si algo me queda claro con Death Grips, es que esta sería la exclamación que harían. Sólo hace falta escuchar el Megamix para ver cómo el grupo decidió romper con sus convenciones nuevamente y pintarle el dedo a todos.

El disco está lleno de percusiones y ritmos desenfrenados inspirados en el subgénero electrónico “Gabber”, característico por su velocidad y su fuerza envolvente. Death Grips lo utiliza de una forma inspirada y creativa que lleva una energía excepcional. Aunque su carrera musical hasta este punto ha estado llena de locura, este proyecto es el más contagiosamente exhilarante que han producido. Los ritmos, percusiones, melodías e incluso el rapeo de MC Ride han puesto el pie hasta el fondo en el pedal de aceleración.

Escuchar a MC Ride gritar “¡Toda mi vida, toda mi jodida vida!” una y otra vez mientras las percusiones y los sintetizadores tienen un ataque epiléptico transmite una energía salvaje sin comparación, dando una salida natural a mis frustraciones más interiorizadas. Death Grips siempre ha sido un grupo rebelde, pero la intensidad se manifiesta aquí más poderosa que nunca gracias a que apenas hay pausas (como ocurre en sus conciertos) y a la intrincada selección de sonidos que brincan, rebotan, vuelan y se deslizan por todas partes.

Y a pesar de que el auto conducido por Death Grips avanza a velocidades ilegales, la banda se muestra como excelente conductora. Pasando por peligrosas curvas, evitando a otros coches y saltando entre desfiladeros, los músicos se mueven con proeza a donde quieren. Una vez superado el tráfico y los obstáculos, se regalan unos momentos de descanso para relajar el pie en el acelerador (un poco) y fumarse un cigarro.

Así es como “Steroids”, aunque jamás para de moverse, muestra breves atisbos de calma en alguno de sus componentes. Después de la intensa introducción del megamix, la música se torna a una fase casi contemplativa, con lentos ritmos que reverberan y un sintetizador lleno de espacio y serenidad. O está la canción que podría llamar “Black Body”, donde un cálido y plácido sonido electrónico coexiste con unas percusiones rapidísimas, creando un oxímoron musical que provoca paz e intensidad al mismo tiempo.

Las letras de este proyecto son abstractas y bizarras. Les mentiría si les dijera que entiendo de que tratan, pero de vez en cuando se vislumbran algunos conceptos como la frustración, una personalidad inestable y definitivamente, las drogas, las cuales probablemente fueron un recurso preciado para la creación de este megamix. Aunque apenas hacen sentido, son altamente disfrutables por las exóticas imágenes que evocan y su valor como meros juegos de palabras, así como por las distorsiones agregadas a la voz de MC Ride que añaden a la psicodelia. Dejaré un ejemplo, que desafortunadamente no puedo traducir al español sin que se vuelva una basura:

At the time, didn’t recognize myself ‘til I was petrified
But half the time I’m not myself
So most of the time I don’t question why
We did testify, but best I can do is buy some time
Spend my time folding time
Even met myself one time

¿Qué más se puede decir? Death Grips es una agrupación totalmente irreverente y atrevida que sin fallo, me sorprendió de nuevo. Para mi son unos de los artistas más interesantes e innovadores que hay hoy en día, gracias a sus creaciones y a su peculiar identidad como banda. Ocurrencias como “Steroids” me llenan de gratitud por ser un fanático de la música en 2017 y me emocionan por lo que está por venir. Seguramente será una locura.

Canción Favorita: La última

3. Void Masquerading As Matter – Thantifaxath

Void Masquerading As Matter - Thantifaxath

En mi lista de discos favoritos del año pasado, mencioné a Deathspell Omega, banda que destaca por sus composiciones disonantes y por ser una agrupación totalmente anónima. Al adentrarme más en este tipo de metal, noté que las bandas que optan por esta aura de misterio son cada vez más comunes. Sin embargo, una que destacó de forma especial es el trío Thantifaxath. En 2014 lanzaron su excelente debut “Sacred White Noise”, mostrando una gran capacidad de crear atmósferas sonoras desoladas y sobrecogedoras. Ahora, con el lanzamiento de su nuevo EP “Void Masquerading As Matter”, los metaleros de Toronto han reafirmado su estatus como maestros de las tinieblas auditivas.

Lo primero que destaca es la completa maestría de composición que forjaron los miembros del grupo. Las primeras tres piezas del disco rondan alrededor de los 10 minutos y exploran una gran variedad de ideas con una fluidez totalmente orgánica. Comenzando con sutileza y pacientemente agregando tensión, las guitarras y el bajo se amontonan uno sobre el otro, enredándose de las formas más perversas, mientras las percusiones mantienen al corazón de la monstruosidad latiendo. Los gritos del vocalista son desgarradores y llenos de profundidad, alcanzando puntos climáticos que dejan a uno petrificado.

Esta construcción de las composiciones llega a niveles abrumadores que se desatan en pandemonios musicales. “Ocean Of Screaming Spheres”, después de presentarnos un pasaje que marcha con lentitud, explota con un bajo nervioso que parece perseguirnos para acabar con nuestras vidas, mientras las guitarras se pierden en el caótico mar de alaridos. “Cursed Numbers” opta por detener el caos y envolvernos en una espesa capa de distorsión que succiona todo a su paso, mientras el vocalista parece enunciar un conjuro desde el averno.

Gracias a su producción cristalina y decidida, “Void Masquerading As Matter” logra crear esta notoria ambientación, permitiendo a todos los instrumentos relucir como entidades fuertes y llenas de carácter. Así, las reverberaciones características del género se vuelven más absorbentes sin ocultar a otros elementos de la mezcla, y los momentos de locura poseen una fuerza abrumadora al sumar todos los componentes pero permitiéndonos discernir las cualidades insólitas de cada uno. Esto resulta en un cóctel de terror adecuadamente dosificado para desorientar la mente pero mantener aguda la percepción.

Agregando a la confusión, Thantifaxath introduce elementos neoclásicos en sus canciones, que acoplados al resto de la instrumentación, generan una ambientación inquietante y productora de una ansiedad sobrenatural. Ya sean mesurados acordes de piano acoplados a una oscura textura sónica de guitarras, o lastimeras cuerdas que aparecen y se desvanecen a través de múltiples dimensiones, el grupo sabe introducir estos sonidos en los momentos clave para generar el mayor impacto.

Y la última y homónima canción del disco (Vacío Enmascarado como Materia) ofrece un cierre inesperado y alucinante. Toda la instrumentación se evapora, dejando a unas angélicas voces femeninas en una enorme cueva sin luz, donde los sonidos generan un eco espectral. Los cantos son bellísimos, pero gradualmente se tornan incómodos y confusos. Parece una manifestación de la idea que transmite el disco, donde el mundo que contemplamos y creemos bello podría realmente esconder un vacío estremecedor, fuera de nuestra comprensión pero siempre reptando bajo nuestra sombra.

“Void Masquerading As Matter” es un álbum de cualidades casi cinemáticas. Aunque las letras son difíciles de discernir y no han sido puestas en papel, pareciera que no son realmente necesarias. Thantifaxath transporta a quien esté dispuesto a escuchar a otro plano de la existencia a través de sus acordes y arreglos instrumentales. Este es un mundo distorsionado y lúgubre, pero posee unas cualidades tan enigmáticas y extrañamente majestuosas que no puedo evitar explorarlo con una curiosidad mórbida.

Canción Favorita: Self Devouring Womb

2. Crack Up – Fleet Foxes

Crack Up - Fleet Foxes

No puedo negarlo. Fleet Foxes es una banda que significa mucho para mí. Cuando me introduje al mundo de la música, este grupo fue uno de los primeros que me iluminó y me transmitió emociones que no sabía que este formato artístico podía generar. Su anterior disco, “Helplessness Blues”, de 2011, sigue siendo uno de mis favoritos; lleno de hermosos arreglos musicales, coros que invitan a ser cantados a todo pulmón y letras profundamente honestas y empáticas.

Sin embargo, después de enfrentar crisis existenciales y problemas de ansiedad social, el vocalista y fundador Robin Pecknold decidió rasurar su icónica barba para volverse irreconocible e inscribirse en la universidad de Columbia en Nueva York. Estos seis años desde el lanzamiento de su previo disco le permitieron florecer como compositor y persona, resultando en el proyecto que es “Crack Up”.

Lo primero que queda claro al oír este álbum por primera vez es que a pesar de ser indudablemente una creación de Fleet Foxes, tiene un sonido difícilmente comparable al de sus lanzamientos anteriores. Los coros fáciles de recordar y las estructuras tradicionales están casi ausentes de esta grabación. En cambio, tenemos canciones más largas, que atraviesan distintos movimientos y están garantizadas a frustar o aburrir a quienes no tengan la paciencia de soportar la transición por la que pasó la banda.

Yo puedo dar evidencia de esto con mi propia experiencia de oír “Crack Up”. Al inicio, me pareció largo, desenfocado y difícilmente memorable. Pero con cada escucha, descubrí nuevos detalles y complejidades en cada canción. Comencé a apreciar los bellos arreglos de piano en “Kept Woman” que se expanden y masajean el cuerpo acompañados del resto de la instrumentación, o las serenas cualidades de “I Should See Memphis”, que parecen perfectas para un “road trip” contemplativo a través de cientos de kilómetros de pavimento.

La composición de “Crack Up” demuestra un crecimiento y una madurez impresionantes. Los sonidos están más controlados con el fin de dirigir las piezas a caminos altamente premeditados. Muchas canciones deshechan la estructura verso/coro verso/coro en favor de progresiones originales que favorecen las emociones que quieren trasmitir. Al leer el libreto incluido con el álbum, se listan fácilmente más de 30 instrumentos usados a lo largo de su duración, agregando deliciosas texturas que crean un sonido rico y multifacético, aprovechando al máximo la paleta de colores que nuestros oídos pueden apreciar.

Las letras aparentan ser obtusas, pero en realidad nos muestran a un Robin luchando contra su soledad y los cambios drásticos del mundo que lo rodea. Aunque no cuentan con el impacto emocional inmediato e identificable de “Helplessness Blues”, son perfectas para la música que las acompaña: texturizadas con símbolos, expandidas por medio de la abstracción y con una humanidad mesurada pero muy conmovedora.

“Crack Up” es vasto y magnífico como las montañas y el océano retratados en la portada. El mar puede parecer estático y monótono al inicio. Pero si lo contemplamos fijamente y nos dejamos absorber por el movimiento de las olas, llegamos a un instante sublime donde su inmensidad nos absorbe, el retumbar de las olas nos apacigua y el reflejo del sol inspira emociones complejas de describir. Al final sólo queda un profundo sentimiento de calma, el cuál sólo las experiencias más íntimas nos pueden dejar.

Canción Favorita: Third of May / Ōdaigahara

1. What Passes For Survival – Pyrrhon

What Passes For Survival - Pyrrohn

Una de las búsquedas más importantes de la música es la de encontrar la forma de manifestar y concretar ideas y sentimientos para canalizarlos. Aunque este es un objetivo de las artes en general, la música tiene una capacidad sobrenatural de tocar el alma y provocar emociones de manera casi universal. Platón planteó el mundo de las Ideas, la verdadera realidad donde se encuentran las cosas como realmente son, que desafortunadamente, es imposible de acceder directamente. El filósofo buscó acercarse a él a través del dialogo, así como muchos músicos buscan proveer breves atisbos de este universo con sus composiciones.

Es rara la ocasión en la que un grupo puede crear una obra en la que la cosmovisión que presentan parezca más real que la realidad misma. Pyrrhon ha traído al mundo este extraordinario tipo de experiencia con “What Passes For Survival”, un álbum retorcido, perturbador y funestamente evocador de la Idea de una humanidad corrompida y un planeta que apenas puede sustentarla. Es una obra maestra de infinitas complejidades que se revelan diferentes en cada escucha; tan difícil de digerir como es aceptar el presente que retrata la agrupación.

El estilo de Pyrrhon une el death metal, grindcore, math rock y la improvisación en una tortuosa aura musical que provoca una respuesta visceral de tensión en todo el cuerpo. Las guitarras suben y bajan de tonos drásticamente, como un columpio disonante apto para llevar a cualquiera a la locura. El bajo tiene una presencia muy fuerte, generando sonidos que muchos optarían por dejar fuera de la mezcla. Y la batería funge como el contradictorio puente que une a los demás instrumentos pero se comporta de una manera que muchas veces parece improvisada. El grupo muestra un dominio total de sus instrumentos y una inteligencia extraterrestre que les permite expresar un talento y sincronización muy poco ortodoxos.

Esenciales para plasmar la visión del grupo son los torturados gritos de Doug Moore, quizás uno de los vocalistas más geniales del género. Capaz de soltar gruñidos animales de una bestia sedienta de sangre y explorar las más bajas frecuencias, o bien, de crear unos chillidos que arrebatan toda tranquilidad de quien los escucha, este hombre muestra un rango vocal francamente impresionante. Unido al resto de la banda, Moore nos atrapa en un laberinto de zarzas venenosas que desgarran piel y espíritu.

Y es que las letras de “What Passes For Survival” son punzantes, ponzoñosas e inmaculadas. Evocando un repugne y descontento con la modernidad y la forma en que los humanos se comportan dentro de ella, Pyrrhon muestra una realidad que se siente terriblemente cercana. “The Happy Victims Creed” habla sobre la adicción y como utilizamos cualquier cosa para evadirnos de nuestra existencia. “The Invisible Hand Holds a Whip” describe una serie de invisibles y manipuladoras manos que nos dicen que hacer, a quien dirigir nuestro odio y lo peor de todo, nos dan amor cuando hacemos lo que ellas quieren. O está “Goat Mockery Ritual”, una pieza llena de un humor absolutamente negro y cínico que se burla de los cultos y agrupaciones que pretenden ser profundos y distintos, cuando sólo usan sus prácticas para abusar de otros y enriquecerse en el proceso.

Los versos de Moore tienen una rara y poderosa cualidad de mantenerse misteriosos y abstractos, pero de evocar emociones y situaciones de una forma dolorosamente vívida. Su escritura es impecable, utilizando un vocabulario diverso y expresivo digno de un gran poeta. Aunque esta música le pueda parecer aborrecible a la mayoría, recomiendo a cualquier persona interesada en la literatura sumergirse en los versos de “What Passes for Survival” para sentir y comprender los ideales que guían a este grupo a producir semejantes sonidos.

Y no puedo evitar terminar esta reseña sin mencionar la última canción del disco, mi favorita del año y una de las composiciones que más me han impactado en el género: “Empty Tenement Spirit”. Durante 12 minutos nos arrastra con ritmos repetitivos que crean una tensión inequiparable a través de sus infernales frecuencias. La pieza continua deformándose en grotescas experimentaciones, cambiando de compás de formas impredecibles pero a la vez extrañamente satisfactorias.

Las letras manifiestan a lastimeros espíritus de personas que jamás nacerán y contemplarán al mundo debido a la autodestrucción que estamos trayendo a nuestro planeta. Es un retrato que me remite a Schopenhauer cuando habla sobre el pasado, que describe como “un sueño vano de la fantasía […] cientos de generaciones humanas, incluso los héroes y sabios de aquellos tiempos, se han hundido en la noche del pasado y por ello se han convertido en nada.” Pero Pyrrhon lleva esta reflexión al futuro, lo cuál se muestra mucho más horrorífico. Al provocar semejante catástrofe planetaria estamos aniquilando a los no nacidos, robándoles de un mañana que ya no existirá.

Esta situación es una que no sorprendería en lo absoluto al filósofo, pero me atrevo a decir que a Pyrrohn le parece sumamente relevante y trágica. La creación de semejantes sonidos de pesadilla surge de un deseo de manifestar la detestable condición humana y hacernos sentir un legitimo hastío hacia ella. Tal vez sólo al ver en que nos hemos convertido nos lleve a cambiar, aunque no nos queda mucho tiempo. “Empty Tenement Spirit” termina con el iracundo sonido de una cadenas azotándose acompañadas de los aullidos de dolor de un hombre: un final alarmante y devastador, mostrando a nuestras acciones castigándonos. Las últimas frases antes de esta sesión de tortura son un par de preguntas perfectas para atormentar el alma, llevarnos a reflexionar sobre las consecuencias de nuestras decisiones y cerrar esta experiencia de forma sublime.

¿Qué salvaje espíritu podría prosperar en semejante dolor?
¿Qué voluntad primordial se aferraría a este lugar?

What wild spirit could thrive on such pain?
What primal will would cling to this place?

Canción Favorita: Empty Tenement Spirit

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