La adolescencia es una etapa muy emblemática en la vida de todos. Es cuando nuestros cuerpos cambian y nos llenamos de hormonas que nos llevan a ser insoportables y muy emocionales. Yo era tímido y retraído en ese entonces, por lo que mi lista de aventuras vergonzosas es casi inexistente. Pero hay un elemento que indudablemente estuvo presente para mí como seguramente para todos los demás: la música.
Cuando nos transportamos a esos momentos del pasado, es imposible no ponerles una banda sonora. Las canciones que iban y venían en MTV para ambientar las fiestas y las reuniones y que todos escuchaban porque no sabían que más escuchar. Y cómo no recordar las canciones sensibleras que hablan sobre el amor, los amigos y las noches vergonzosas. En su momento, esas canciones llegaban al corazón. Pero si te sientas a escucharlas ahora, probablemente te hagan sentir un poco incómodo.
Car Seat Headrest es el proyecto que empezó Will Toledo a los 17 años. Manejaba un auto a un terreno baldío donde nadie lo pudiera ver, se cambiaba al asiento trasero, y comenzaba a grabar la música que le permitía canalizar su angustia adolescente. Subió un total de 11 proyectos de baja fidelidad a la plataforma Bandcamp, los cuales le empezaron a ganar reconocimiento. En 2015 se inscribió con la disquera Matador para hacer un compilado de su material antiguo, y en 2016, lanzó su primer disco oficial de estudio: Teens of Denial.
Teens of Denial es un disco que da salida a la efervescencia de las emociones adolescentes. Pero a diferencia de la música de mi pasado que ahora sólo me parece chistosa, el disco de Toledo me hace sentir esas emociones de nuevo. La música adolescente casi siempre es muy dramática, exagerada y cursi, lo que le quita longevidad. En cambio, las piezas de Car Seat Headrest son honestas, divertidas y buenas composiciones por sí mismas.
Las canciones están integradas por guitarras rockeras que invitan a moverse y sacar energía, y por primera vez en la carrera de Toledo, el acompañamiento de una banda; agregando otra guitarra, un bajo y batería. Esto le da mayor intensidad a su música y permite que cada canción sea aún más potente. Incluso algunas piezas están acompañadas de piano, trompeta o saxofón, llevándolas a tener una mayor gama de expresión emotiva que a veces no alcanza el rock indie. Se hace evidente al escuchar el hermoso climax de “Cosmic Hero” que todos los instrumentos trabajan en una sintonía ideal.
Esta fuerza musical viene acompañada de letras directas y llegadoras. “Fill In The Blank” es un himno a estar harto de todo, incluso de uno mismo:
Estoy tan harto de (llena el espacio en blanco)
Logra más, no logres nada
Si me partieran en dos solamente tomaría mis puños
Para poder golpear al resto de mí
I’m so sick of (fill in the blank)
Accomplish more, accomplish nothing
If I were split in two I would just take my fists
So I could beat up the rest of me
(Joe Gets Kicked Out of School for Using) Drugs With Friends (But Says This Isn’t a Problem), en vez de glorificar las drogas, nos muestra con cinismo que muchas veces sólo nos llevan a situaciones muy incómodas y a sufrir ataques de ansiedad:
El viernes pasado me metí ácido y hongos
No trascendí, me sentí como un pedazo de mierda andante
Con una chamarra de aspecto estúpido
Last Friday I took acid and mushrooms
I did not transcend, I felt like a walking piece of shit
In a stupid looking jacket
Y más adelante, cierra con un coro donde cada frase altera el significado de la anterior, coronando a la canción como una de las piezas más divertidas sobre drogas que he escuchado:
Las drogas son mejores, las drogas son mejores con
Los amigos son mejores, los amigos son mejores con
Las drogas son mejores, las drogas son mejores con
Los amigos son mejores, los amigos son mejores con…
Drugs are better, drugs are better with
Friends are better, friends are better with
Drugs are better, drugs are better with
Friends are better, friends are better with
La canción épica de casi 12 minutos, The Ballad of the Costa Concordia, merece una mención especial. Toledo usa la analogía del Costa Concordia, un crucero que perdió el control y se hundió, para narrar un colapso que lo lleva a rendirse ante las responsabilidades que le impone la vida. La canción fluye por distintos pasajes tanto acelerados como deprimentes, que llevan a explorar este hundimiento siempre con una máxima intensidad emocional y una composición excelente.
Las canciones lidian constantemente con fracasos, ansiedad y depresión. Comunican estos sentimientos de una forma muy directa que me permitió empatizar con muchas de las situaciones planteadas. Pero el disco no es lastimero de ninguna forma. Al contrario, muestra que vivir estas experiencias vale la pena, que los momentos patéticos son inevitables y no haremos más que reírnos de ellos una vez pasados. Teens Of Denial despierta mi espíritu adolescente y me dice a gritos que salga de mi casa a vivir aventuras vergonzosas y legendarias. Tal vez me sienta como una mierda después, pero la tristeza es una parte esencial de la experiencia que es vivir.